martes, 8 de marzo de 2011

Alfombra para jugar

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En dos cosas tiene razón Meg:

1- este es un trabajo ideal para embarazadas que -atendiendo a la rigurosa ley de gravedad- pueden pasarse horas sentadas. Y

2- lo peor es coser y descoser hasta encontrar el punto justo de tensión para que el resultado sea una alfombra multicolor para que un hermano de seis años juegue con su hermano bebé y no, por ejemplo, un bonete o un círculo rematado en voladitos.



Compré totora y esto supuso una pequeña dificultad extra: el grosor de las fibras no es homogéneo en cada ovillo y, mucho menos, entre los diversos colores. Luego la trencé y después fui cosiendo cada trenza con la máquina. Este paso requiere de una paciencia zen ya que la máquina se niega al grosor resultante de tantas hebras de modal o jersey y cada nueva serie demanda de los ajustes necesarios en el largo de la puntada, las dimensiones y la tensión del hilo.

No, Meg tiene razón en tres cosas: el resultado merece la pena.



Aunque, en mi caso, para ver el producto terminado todavía falten algunas vueltas de verde y otras de amarillo...
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