martes, 13 de diciembre de 2011

Manejando

Además de manejar la casa (con ayuda de mi señor marido); además de manejar los horarios de mis niños (con ayuda de N. y de J.); además de manejar dos secciones de diario, las notas de la revista y las clases; y además de manejar las agujas, ahora también manejo un auto.

Y, por supuesto, no podía faltarle el touch correspondiente. Los colores del llavero se repiten en tres corazones que cuelgan del espejo retrovisor. Eso sí, tienen un largo hilo que permite que mi marido lo retire cuando lo usa. Dice que no es muy masculino.